La Gran Síntesis

Sobre este libro, así se expresó Guiseppe Vigiano, escritor italiano y contemporáneo de Pietro Ubaldi:

“La finalidad primera y última de “La Gran Síntesis” es justamente instaurar en el mundo el Reino del Espíritu, revelar al hombre ignaro u obstinado en la negación, ahogado en el materialismo científico, destructor de toda fe, que todo en nuestro mundo, todo en los vastos universos, es obra del Espíritu del cual procedemos y para el cual todos, conscientes o inconscientemente, tendemos. Más este Espíritu y su reino que progresan no son abstracciones impalpables, etéreas, ondulando en los imponderables y a veces incomprensibles paraísos de la fe. No: el Espíritu es una realidad. Más aún: “después de los descubrimientos de la desintegración del átomo y de la transmutación de la individualidad química, por explosión atómica, el descubrimiento de la realidad del Espíritu es el mayor descubrimiento científico que se espera, el descubrimiento que revolucionará al mundo, iniciando una nueva era”. He allí el mensaje confortador. Es evidente que orientada por objetivos tan elevados y osados, “La Gran Síntesis” no puede dejar intactos los valores religiosos y las categorías teológicas, tales como el hombre las forjó. Ella mira hacia la vida, y la ve como un cambio ininterrumpido, como una corriente que no se detiene, un torbellino maravilloso en que nace el pensamiento, la conciencia, el espíritu, y avisa que “todas las formas de vida son hermanas de la nuestra y, como nosotros, ellas también luchan para ascender para la misma meta espiritual, que es la finalidad de nuestra vida humana.

Ella coloca la evolución como base de toda la vida, y esclarece que esa evolución es palingénesis, es liberación, afirmando que el progreso de la especie orgánica no es rectilíneo como lo vio Darwin, sino que es alternado, por continuos retornos involutivos.

Ley cíclica, por tanto, que se repite en el campo de la conciencia individual y colectiva, que regula el desenvolvimiento y progreso de las civilizaciones. Mas, esta evolución no podría verificarse sin la reencarnación, pues la reencarnación es una necesidad para la evolución; corresponde al principio de la expansión y de contracción de los ciclos evolutivos, es una condición de la Ley de equilibrio y consecuencia del principio de indestructibilidad y transformismo de la sustancia. Evolución es Redención.”

Muchos otros buscadores de la ciencia, filosofía y religión enaltecieron esta obra monumental; entre ellos: Albert Einstein, Ernesto Bozzano, Gino Trespioli, Guillon Ribeiro, Emmanuel, Augusto dos Anjos, Carlos Torres Pastorino, Clovis Tavares, Guiseppe Stoppolini, Isabel Emerson, Rubens C. Romanelli, Gaetano Blasi, etc. He aquí como Monteiro Lobato vio “La Gran Síntesis”, hoy con decenas de ediciones y traducciones en muchas lenguas. “Todos nosotros tenemos el vago sueño de encontrar un LIBRO que nos sea como una casa definitiva, la Casa del sueño que procuramos. Un libro en el cual moremos o pasemos a morar (….) Pues creo que encontré MI LIBRO. El se llama “La Gran Síntesis” de Pietro Ubaldi. Hemos de leerlo y releerlo. Leyéndolo paso a vagar en el alto mar de ese libro, tonto, deslumbrado, maravillado” Cada lector sin duda va a encontrarse en él, de acuerdo a su forma mental y su capacidad de percepción. El es nuestro LIBRO, es la “casa de sueños que procuramos” y en ella vamos a residir por largo tiempo.”