“El mejor camino para que el lector entienda La Obra es seguir el mismo que yo seguí, es decir, realizar su maduramiento paralelo a aquel que yo realicé, esto porque La Obra no es literatura o trabajo solamente de cultura, sino que es una escuela de transformación evolutiva, cuyo objetivo no es una exhibición de sabiduría, sino una subida hacia un plano biológico más elevado.
Sin embargo, si el lector quiere conocer sólo las columnas fundamentales de La Obra para entender más rápido el esquema de su sistema filosófico, dejando de lado las ramas colaterales (que en problemas particulares se apartan del tronco del árbol), entonces puede leer 1.– Los Grandes Mensajes (Introducción); 2.– La Gran Síntesis; 3. – Dios y Universo; 4.– El Sistema; 5.– Caída y Salvación; 6.– Un Destino Siguiendo a Cristo. Estos libros forman el esqueleto de La Obra, que debe ser vestido con la carne que son los otros libros que lo completan, constituyendo su cuerpo entero.”