No es fácil resumir las más de 10.000 páginas...
…que constituyen los 24 libros de la obra del profesor Pietro Ubaldi. Sin embargo, trataremos de tocar los puntos, los conceptos más importantes.
Comenzaremos por decir que la obra filosófica del profesor Pietro Ubaldi es universal e imparcial. Su universalidad e imparcialidad se refieren a que no está sujeta a ninguna filosofía o religión existente. No está estructurada según los parámetros comunes de las demás formas de pensamiento humano que forman grupos, fundan religiones, las cuales después necesitan reglas que las rijan, ingresos económicos directos o ritos que expresen el sentir de sus miembros. No trata de imponerse por la fuerza, sino a través de un convencimiento natural que nazca del corazón y la mente de quien se conecta a ella.
Las distintas religiones o filosofías existentes tiene un alcance, una profundidad de acuerdo al concepto de la divinidad que hayan alcanzado, por eso no deben luchar o ser enemigas entre sí, sino escalonarse de acuerdo a lo logrado. Deben unirse en busca del principal objetivo, que no es otro que el progreso moral del ser humano. En este sentido, Ubaldi ofrece su obra a la humanidad, para que de ella escoja lo que quiere, sin atadura, sin imposiciones, por consiguiente, si alguno de los lectores pertenece a alguna religión o a algún grupo filosófico y quiere seguir perteneciendo a él porque se siente bien o porque está convencido, no se preocupe, aquí no trataremos de disuadirlo. Es más, si quiere seguir en lo suyo y a la vez leer o estar en contacto con La Obra de Ubaldi, tranquilamente lo puede hacer, porque dentro de esta filosofía el ser es libre, con la sola guía de su conciencia.
En la obra de Ubaldi ciencia, filosofía y religión, se estrechan las manos, colaborando, mancomunando esfuerzos. Los conceptos nacen de un contacto con “La Fenomenología Universal”, pues según el autor: “Esta voz es, en verdad, la que hay que escuchar, pues contiene el pensamiento de Dios”(1) .
Parece ilógico que existiendo ya tantas religiones y filosofías tengamos todavía la necesidad de otras. Sin embargo, si observamos a la humanidad como se ha encaminado en el ultimo siglo, no podemos dejar de ver una desorientación, una pérdida de fe, de materialismo exacerbado y una violencia en continuo crecimiento.
En “La Gran Síntesis”, uno de los primeros y principales libros de La Obra, en el Capitulo V, que se llama precisamente: “Necesidad de una Revelación”, leemos lo siguiente: “…la psicología humana, bien lo veis, tal como en la actualidad es, no tiene porvenir; lo busca anhelosa, pero no sabe por sí sola encontrarlo. Espera algo, confusamente, sin saber qué puede hacer, de donde ni cómo, pero aguarda, por una necesidad íntima, por un instinto imperioso que constituye la ley de la vida; está a la escucha y se dispone a evaluar todas las voces, así las verdaderas como las falsas, para seleccionar la que responda a su infalible instinto, aquélla que, descendiendo de las profundidades del infinito, sabrá sola hacerla estremecer. Sobre todo, esperan los hombres de pensamiento, que están a la cabeza del movimiento intelectual, y los hombres de acción, que se hallan a la vanguardia del movimiento político y económico del mundo. La mente humana busca un concepto que la sacuda, un concepto hondo y más poderosamente sentido, que la guíe hacia la inminente nueva civilización del tercer milenio…”.
Como podemos ver, sí hay necesidad de una nueva revelación, y esa nueva revelación está precisamente en la obra del maestro Ubaldi.
De las revelaciones han nacido todas las religiones, y como ejemplo máximo tenemos los 10 mandamientos recibidos por Moisés y las enseñanzas de Cristo. Pero además revelación es “…todo contacto del alma humana con el pensamiento íntimo que en lo creado está…”(2) . Dicho todo esto, vemos que se encuentra completamente justificado todo esfuerzo que se haga por divulgar esta obra.
La Obra de Ubaldi da respuesta lógica a las grandes preguntas que el hombre de todos los tiempos siempre se ha hecho:
¿Quiénes somos?
Por supuesto, casi todos nosotros tenemos un nombre, sabemos donde nacimos y cuando nacimos, casi todos sabemos algo de nuestros padres biológicos, etc., pero no es en este sentido que el hombre se ha hecho esta pregunta, sino en el sentido filosófico y religioso.
La mayoría de las religiones dan respuesta a esta pregunta afirmando que fuimos creados por Dios. Durante mucho tiempo ésta fue la respuesta cierta y nadie la cuestionaba. Pero apareció el pensamiento científico y a través de Charles Darwin, se dijo que no era así, sino que el hombre descendía del animal, más precisamente de los primates o monos. Esto constituyó una revolución y fue un cataclismo para el pensamiento religioso de la humanidad, sobre todo, para los religiosos cristianos. Y lo que es peor, el tiempo, a través de los hallazgos arqueológicos, le fueron dando la razón al pensamiento científico, a la ciencia. Muchos seres humanos perdieron la fe y se volvieron ateos, otros se sostuvieron pero no comprendían. Además de todo esto la astronomía afirmaba que la tierra no era el centro del universo, sino sólo un planeta más entre los muchos que había. ¿Dónde quedaba, como ejemplo, la Divina Comedia de Dante, si no habían círculos hacia el centro de la Tierra, ni cielos hacia lo que se creía era el cielo? Para el ser humano todo es confuso.
¿Qué nos ofrece La Obra de Ubaldi a este respecto? Tomemos en cuenta que La Obra es nueva y poco conocida. Ubaldi comenzó a escribir su obra en 1931 y concluyó en 1971. Pero analicemos lo que dice al respecto y busquemos si tiene lógica, si concuerda con el pensamiento científico y lo que es más importante, si satisface nuestras interrogantes.
A través de los libros conceptuales mas importantes de la Obra, que son: “La Gran Síntesis”, “El Sistema”, “Caída y Salvación” y “Dios y Universo”, Ubaldi desarrolla la siguiente teoría:
Fuimos creados por Dios, perfectos, a su imagen y semejanza en un universo espiritual. A esté universo espiritual inicial Ubaldi le da el nombre de Sistema. Dios está en el centro del sistema y coordina y sigue su creación. Pero en un dado momento, una parte de los seres que integran el sistema se rebelan contra su centro, contra Dios, su creador. Esta rebelión trae como consecuencia que una parte del sistema se decantara, decayera, que se produjeran en los seres que se habían rebelado, una pérdida de las cualidades, aunque Dios los había creado. Se produjo entonces la Caída, por un proceso de involución y se formó lo que Ubaldi define como Anti-Sistema.
Como nada puede salir de Dios, en este anti-sistema también está Dios presente, pero inmanentemente, impulsando a los seres a que, por un proceso inverso, en este caso Evolución, para que vuelvan al universo espiritual originario o Sistema.
Todo el universo material que vemos y en el cual nosotros nos encontramos, pertenece al Anti-Sistema y está, al igual que nosotros, en un proceso de transformación por evolución, para volver de nuevo al sistema.
Como vemos, Ubaldi coordina los dos puntos de vista y adquieren lógica. El punto de vista de la creación por parte de Dios y el punto de vista de la evolución, según la teoría de Darwin. Todo en nuestro universo está en un proceso de evolución, para retornar a Dios.
Con esta teoría, se da respuesta a tres de las grandes preguntas filosóficas que el hombre siempre se ha hecho a través del tiempo, a saber:
1. ¿Quiénes somos?
Somos hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza, en un universo espiritual perfecto
2. ¿De donde venimos?
Por rebeldía nuestra, perdimos todas nuestras cualidades iniciales y decaímos hacia las formas más inferiores del ser, al borde de la nada. Desde aquí comenzamos a ascender, para recuperar lo que teníamos al principio.
3. ¿Hacia donde vamos?
Volvemos, por evolución a Dios, al Sistema, al universo espiritual originario.
Además de dar respuesta a estas preguntas, esta teoría se coordina maravillosamente con los últimos grandes descubrimientos científicos. La transformación de la materia, la teoría del Big Ban, de la cual se piensa que nació este universo físico, la posible existencia en otros planetas de otras humanidades, etc.
¿Quién es Dios y Cómo es Dios?
Es lógico que si nosotros fuimos creados por Dios, por un ser superior, busquemos saber quién es Dios y cómo es Dios, y la humanidad lo ha intentado a través de los siglos de su existencia. En esta búsqueda se ha dado un proceso evolutivo en la concepción de la Divinidad.
El hombre primitivo, que vivía en cavernas y apenas comenzaba a crear un medio para su sobrevivencia, viendo la fuerza de los elementos desencadenados, tormentas, terremotos, volcanes, etc., comenzó por concebir muchos dioses, uno para cada aspecto que consideraba lo merecía. Así nacieron las concepciones “politeístas”, o sea, la creencia en muchos dioses. Ejemplos en la historia de estas concepciones son las escandinavas, con Odin como dios-jefe, Thor, etc. La egipcia con Osiris, Horus e Isis como dioses más importantes. La más expandida y quizás la mejor estructurada, la griega, con Zeus como dios-jefe, Apolo, Minerva, Marte, Afrodita y otras divinidades. Por último nombremos la romana o greco-romano, porque nace de la concepción griega, con Júpiter como jefe máximo.
Estas concepciones politeístas duraron mucho tiempo, pero al final casi todas desaparecieron. Los dioses que las constituían eran antropomórficos, es decir, con formas generalmente humanas y además participaban de la mayoría de las debilidades humanas. Se encolerizaban, sentían envidia y hasta celos.
El deseo de buscar una divinidad mejor concebida, llevó al hombre a un primer intento por crear una concepción con un solo dios, o sea, una concepción monoteísta. Esto ocurrió en Egipto, durante el reinado del Faraón Amenofis IV, mejor conocido como Akenatón.
Este faraón le quitó las prerrogativas que detentaban los diferentes sacerdotes de las distintas divinidades y creó el culto a un solo dios, representado por el disco solar. Su intento duró lo que duró su reinado. Al morir fue sucedido por el tristemente célebre en nuestros tiempos Tutankamón, quien restituyó a los sacerdotes en sus cargos, abolió la religión monoteísta de Akenaton y restableció la anterior.
Fue entonces con el pueblo de Israel que surgió, bien estructurada y con duración, tanto que ha llegado hasta nuestros tiempos, la primera concepción monoteísta. El patriarca Abrahán comienza con la concepción de un solo dios y la transmite a su descendencia, a saber, Isaac e Ismael.
Isaac engendra a Jacob el padre de José y sus hermanos, de donde se formó el pueblo de Israel y donde, tiempo después, se manifestó la revelación Mosaica, con los 10 mandamientos y el Génesis. El pueblo de Israel se multiplicó y se fortaleció, y se fortaleció también su creencia en un solo Dios al cual le construyó un templo, el famoso Templo de Salomón.
A este pueblo, y con la promesa de un Mesías transmitida durante más de 600 años por los profetas, descendió el Ungido de Dios, nuestro señor Jesucristo, para fortalecer, aun más la creencia en un solo Dios, para mostrar lo mejor de su bondad y su amor, y para llevarlo a todos los pueblos de la Tierra. Resumió los 10 mandamientos de Moisés en uno solo: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo.
Los discípulos y creyentes en Jesucristo fundaron y expandieron estas creencias, que nos permiten conocer hoy en día las diferentes religiones cristianas monoteístas.
Un descendiente de Ismael, uno de los hijos de Abrahán, Mahoma fundó, 600 años después de Cristo, la otra gran religión monoteísta, el Islam.
Es lógico que haya un avance de la concepción politeísta a la concepción monoteísta. Pero todavía la concepción monoteísta sigue siendo antropomórfica. Vemos en ella, por lo menos en las religiones cristianas, a un Dios con forma humana, que a veces es hasta caprichoso y que además en muchas cosas de nuestro interés nos mantiene en la ignorancia.
La Obra del profesor Pietro Ubaldi lanza una nueva concepción la de un “Dios que “es” la creación”(3) . Esta concepción recibe el nombre de Monismo, porque unifica todo lo que existe en el concepto de TODO-UNO-DIOS.
Aquí desaparece el antropomorfismo de las anteriores concepciones, el concepto de la Divinidad se expande en grandeza, poder y amor hacia su creación. Dios no es algo exterior a lo creado, es lo creado sin dejar de ser Dios.
El Monismo puede ser considerado como la mayor revolución de la Teología en los últimos dos mil años. Es tan revolucionaria que por haber lanzado Ubaldi este nuevo concepto, dos de sus libros(4) fueron condenados por la Iglesia Católica y colocados en el “Indicem Librorum Prohibitorum”.
Otros conceptos
fundamentales
Cristianismo
la Obra de Ubaldi es cristiana, tanto que dos de sus 24 libros son dedicados a Cristo, sus títulos son Cristo, donde se estudia la personalidad del redentor de la humanidad y Un Destino Siguiendo a Cristo, donde el autor estudia su destino en relación al ungido.
Para Ubaldi, Cristo es el modelo a seguir, por supuesto en la medida de las posibilidades de cada quien. Sus enseñanzas son la guía para evolucionar y volver al Sistema, y lo coloca en el vértice de las ascensiones humanas.
Evolución
Ya tocamos algo de este punto en relación a la evolución de Darwin, que es evolución de formas, y como Ubaldi lo completa con la evolución del psiquismo Todo lo que existe evoluciona porque busca reencontrar a Dios. Todo se transforma. Se transforma la materia en energía, la energía en vida o psiquismo y el psiquismo hacia formas superiores de conciencia.
La evolución es el impulso acuciante que nos hace avanzar hacia adelante. Dicha evolución no es rectilínea, sino que tiene momentos de retroceso para consolidar las posiciones alcanzadas y para que los productos del transformismo sean profundamente asimilados(5).
Toda la Obra del maestro Ubaldi está impregnada del concepto de evolución, pero la estudia más profundamente en uno de sus libros llamado “Evolución y Evangelio”.
Reencarnación
Este concepto no es nuevo, es muy antiguo, quizás tanto como el hombre. Los griegos lo llamaban metempsicosis(6) y sabios ilustres como Pitágoras creían en ella.
Allan Kardec, el codificador del Espiritismo afirma que Cristo creía en ella y colocaba en su libro “El Libro de los Espíritus” dos ejemplos que se encuentran en La Biblia y que cada quien puede interpretar a su manera:
El primero se refiere a una conversación entre Cristo y Nicodemus, un doctor de la ley de Israel. En ella afirma Cristo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”(7).
El segundo ejemplo se refiere cuando le dicen a Cristo: “¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? ”. Y Cristo responde: “Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista”(8).
Religiones y pueblos enteros creen en la reencarnación. La religión Tibetana, con su Dalai Lama y su libro Tibetano de los Muertos o Bardo Todööl. La mayor parte de la India, con sus 700 millones de habitantes cree en la reencarnación. De tal manera que este concepto no tiene por qué asustar ni por qué extrañarnos. En su estupendo libro “La Gran Síntesis”, en el capitulo LX, La Ley Biológica de la Renovación, Ubaldi lo expresa maravillosamente: “No poder existir sino al precio de una renovación permanente significa marchar día a día en el gran camino de la evolución. Os apegáis a la forma; creéis ser materia y quisierais paralizar ese movimiento maravilloso; para prolongar la ilusión de un día, desearíais detener la estupenda marcha. Pero poseéis, además de la juventud del cuerpo, la inagotable, eterna juventud de una vida más grande que la terrenal y sois en ella indestructibles, eternamente nuevos y progresistas. Sed jóvenes no ya en el cuerpo caduco, antes bien en el espíritu eterno; no toméis en cuenta las albas y los ocasos de un día, porque todo crepúsculo prepara una nueva aurora. Es lógica, simplísima, evidente ley de equilibrio ésta según la cual, así como todo lo que nace ha de morir, del mismo modo, cuanto muere debe renacer”.
Cómo orientar nuestra vida
con conocimiento
Leyes de la vida
El valor de una filosofía se debe medir no sólo por la variedad de conceptos que pueda ofrecer, sino también por su utilidad práctica. ¿Para que me va a servir a mí dicha filosofía?
De los 24 libros que integran la obra de Ubaldi, una parte tiene que ver con los conceptos explicativos y otra con la parte práctica de la vida. Ya nombré algunos de la parte conceptual, a saber: “El Sistema”, “Caída y Salvación”, “La Gran Síntesis”, “Dios y Universo”.
Entre los que tiene que ver con la parte práctica tenemos: “La Ley de Dios”, “Técnica Funcional de la Ley de Dios”, “La Gran Batalla”, “Evolución y Evangelio”, “El Descenso de los Ideales”, “Ascensiones Humanas”, “Pensamientos”, “Principios de una Nueva Ética”.
¿Y de qué tratan estos libros?. Si tenemos ya una conceptuación general de lo que es la vida, el universo, Dios, el ser, debemos saber entonces cual debe ser nuestro comportamiento en relación a estos conceptos y por qué.
Ya Cristo nos dijo: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos”(9) . Hay que actuar y la mejor forma de hacerlo es estar orientado.
Vamos a tomar como ejemplo uno solo de esto libros y a explicar de qué trata. Tomaremos como ejemplo “La Ley de Dios”.
Como su nombre lo dice, el libro es un estudio de la Ley de Dios. Aquí caben más preguntas. ¿Dios tiene una Ley? Y si la tiene, ¿cuál es? ¿De qué y para qué sirve? ¿Cómo funciona?
Nosotros conocemos algo de esa ley. Desde pequeños nos enseñan que si nos portamos bien vamos al Cielo y si nos portamos mal vamos al Infierno. Pero la Ley de Dios es mucho más amplia y abarca todo lo creado. La ley de la gravedad, por ejemplo, que explica las atracciones y repulsiones entre las masas estelares es parte de la ley de Dios a nivel de la materia. La ley de causa y efecto, por la cual toda acción produce una reacción, forma parte de la Ley de Dios.
Podemos concluir que la Ley de Dios expresa el pensamiento y la voluntad de Dios a todos los niveles del ser. Y su voluntad no es otra sino la de que el ser vuelva del Anti-Sistema en el cual está, al Sistema. Para realizar esta tarea ya Dios nos envió el guía y el plan a seguir. El guía es Cristo y el plan a seguir es su Evangelio.
Este libro “La Ley de Dios” analiza profundamente y con lógica, el método de la no resistencia enseñado por Cristo y cómo al final el hombre que vive el Evangelio es un triunfador, y el hombre astuto y malvado es un perdedor. Analiza la función del dolor y cómo éste es la justa reacción de la Ley para nuestro bien, para corregir nuestros excesos y errores.
En términos generales, la Ley de Dios, es una guía para la conducta recta del hombre, con conocimiento, en el seno de las leyes de la vida.
Para concluir el análisis de este libro y también esta exposición, veamos a la luz de la filosofía de la Obra del maestro Ubaldi, una de las enseñanzas y a la vez la promesa del Evangelio de nuestro señor Jesucristo.
En el Sermón de la Montaña, de las Bienaventuranzas, Cristo nos dice: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”(10) .
¿Cómo se puede cumplir esta promesa, si vemos que en el mundo el que triunfa es el que tiene dinero, el malo, el astuto, y muchas veces vive y muere feliz?
Aquí entran en juego varios de los conceptos que ya hemos analizado. Lo primero es que la vida no es solamente física, sino que existe un mundo espiritual en el que los espíritus reciben lo que han sembrado. Existe la ley de la reencarnación, por la cual los espíritus vuelven a la vida física, de acuerdo a lo que han hecho en sus anteriores vidas.
Con esto se cumple entonces la promesa de Cristo, porque todos nosotros recibiremos en alegría y dolores, en esta vida o en el más allá, en esta o en futuro reencarnaciones, lo que hemos sembrado.
(1)La Gran Síntesis. Cap. I. Ciencia y Razón. Pietro Ubaldi.
(2)La Gran Síntesis. Cap. V. Necesidad de una Revelación. Pietro Ubaldi.
(3)La Gran Síntesis. Cap. VI Monismo. Pietro Ubaldi.
(4)El día 8 de Noviembre de 1939 la Suprema Congregación Sagrada del Santo Oficio colocó en el hoy extinto Index prohibitorum los libros La Gran Síntesis y Ascención Mística. Eso significaba que los católicos tenían prohibido leer aquellos libros.
(5)Si el lector desea profundizar acerca de este tema puede leer el cap. XXV Síntesis Lineal y Síntesis por Superficie del Libro La Gran Síntesis de Pietro Ubaldi.
(6)Gr. meta empsychos, Lat. metempsychosis: Fr. metempsychose: Alemán. seelenwanderung). Metempsicosis, en otras palabras la doctrina de la transmigración de las almas, enseña que la misma alma habita en sucesión los cuerpos de diferentes seres, tanto hombres como animales. Era uno de los principios comunes a muchos sistemas de pensamiento filosófico y creencia religiosa grandemente separados entre si tanto geográficamente como históricamente.
(7)Evangelio según Juan. 3. 1-3.
(8)Evangelio según Mateo. 17. 9-13.
(9)Evangelio según Mateo. 7. 21.
(10)Evangelio según Mateo. 5. 6.