Grandes Mensajes
Este libro representa la introducción e inicio de La Obra. Al leer Los Grandes Mensajes, el lector se sumergirá en el fondo de su grandeza espiritual y universal, y se sentirá fortalecido en su fe y con la esperanza de alcanzar un futuro de paz, amor y fraternidad entre todos los hombres.
Son mensajes que trascienden la expectativa del lector porque hablan al alma y al corazón de cada uno. En este volumen encontraremos los sublimes Mensajes dictados por «Su Voz» a Pietro Ubaldi: “Mensaje de Navidad», “Mensaje de la Resurrección», «Mensaje del Perdón»; «Mensaje a los Cristianos», «Mensaje a los Hombres de Buena Voluntad», «Mensajes de la Paz» y «Mensaje de la Nueva Era». Ellos llegaron al mundo, en un ritmo tan armonioso como el de las siete notas musicales en las manos de un gran compositor.
Algunos de los acontecimientos previstos en estos Mensajes ya se realizaron. Otros se verificarán para preparar y realizar la Nueva Era aquí anunciada. Estos Mensajes son el primer aviso al mundo en la víspera de acontecimientos apocalípticos. Por eso ellos ya salieron impresos y fueron difundidos en las más alejadas partes del mundo: de Europa a Indochina, en el mundo árabe y en las dos Américas. Se calcula que sólo el “Mensaje del Perdón” (escrito, en Asís, Italia, en él día del Perdón de la Porciúncula de San Francisco) alcanzó espontáneamente cerca de medio millón de ejemplares. El hecho de que un hombre desconocido, sin apoyo; alcanzase tales resultados y consiguiese que sus escritos diesen la vuelta al mundo, como movidos automáticamente por fuerza propia, llevó a pensar que aquí existiese algo así como una milagrosa fuerza interior que por sí misma todo lo impulsase.
Dejamos al lector, sensible e inteligente, el trabajo de entender lo que habrá por detrás de estos hechos, que sólo por sí mismos no se explican, y de comprender si hay y cuál es, la voluntad de Dios que los dirige y sustenta. Cada uno juzgará por su cuenta en el secreto profundo de su alma, situándose solo, con toda sinceridad, delante de Dios, procurando escuchar la voz interior que habla en todas las conciencias honestas. Así todos podrán saber cuál es la fuente de tales Mensajes a través de la emoción y del convencimiento que en cada uno de ellos generará y que cada uno percibirá nacer en sí, espontáneamente, como respuesta á su lectura.