A las 8:30 minutos de la noche...
…del 18 de Agosto de 1886, nació Pietro Ubaldi, en Foligno, una pequeña ciudad italiana cerca de Asís. En aquella región impregnada de la espiritualidad de San Francisco, inició su contacto con este mundo, que siempre le pareció muy extraño por el juego desesperado de egoísmos, el cual percibió, desde muy joven, que era fruto de la ignorancia general de las leyes de la vida.
Ubaldi procuró estudiar esas leyes en los libros. Mas descubrió que ellos poco le ofrecían de la sustancia que en vano procuraba. Se graduó en Derecho en la Universidad de Roma (profesión elegida por sus padres, pero jamás ejercida) y en Música (ofrecimiento, también de sus progenitores), se convirtió en políglota, y hablaba fluidamente, inglés, francés, alemán, español, portugués, conocía latín y griego.
Era un hombre de una cultura envidiable. Su tesis de grado en la Universidad de Roma, fue sobre la EXPANSIÓN COLONIAL Y COMERCIAL DE ITALIA HACIA EL BRASIL, muy alabada por el jurado examinador y publicada, en 1911, en un volumen de 266 páginas por la Editora Ermano Loescher & Cia, de Roma, Italia. La escuela secundaria y la universitaria no le auxiliaron en su angustiosa sed de conocimiento. Comenzó entonces un periodo de intenso sufrimiento que fue su contacto con la vida de todos los días, con los hombres de todas partes, lo que constituyó una gran preparación para su espíritu. Había heredado de su padre una gran fortuna que no quiso considerar como suya por no haber sido producto de su esfuerzo personal, y a ella renunció y comenzó a trabajar como profesor de inglés en un colegio estadal en Módica, en Sicilia, después de ser aceptado en concurso público, siendo este el medio que encontró para su sustento conforme le dictaba su conciencia.
En 1931 tenía 45 años. Se inicia entonces su gigantesco trabajo. Su inspiración alcanza alturas jamás soñadas, dando explicación genérica, sintética y profunda de toda la fenomenología universal, analizando al mismo tiempo y objetivamente, su evolución y la de toda la humanidad a través de los 24 libros escritos que constituyen La Obra. Sus libros van siendo esparcidos por toda Italia, pero poco después, la guerra por un lado y la mentalidad europea con su conocida tendencia a la cristalización (saturada de culturas seculares) no parecía ser el terreno apropiado para esta novedosa semilla que fructificaría en el espíritu humano a través del tiempo.
En el verano italiano de 1932, comenzó a escribir La Gran Síntesis concluída el 23 de Agosto de 1935, a las 23:00, hora de Roma. Este libro, con cien capítulos, escrito en cuatro veranos sucesivos, fue traducido a varios idiomas. Solamente en Brasil ya alcanzó veinte ediciones y una edición en Venezuela. Otros volúmenes, verdaderos manantiales de sabiduría cristiana, surgieron en los años siguientes, completando los diez libros escritos en Italia.
Esta parte de La Obra está compuesta de:
En 1951 Pietro Ubaldi...
…realizó su primer viaje a Brasil, invitado a realizar una serie de conferencias por todo el país. Finalmente en Diciembre de 1952, se instaló definitivamente en tierras brasileñas, escogiendo su domicilio en San Vicente, “célula mater” de Brasil, en el estado de Sao Paulo. En 1953, retornó a su misión apostolar, y continuó la recepción de los libros y recibió el último mensaje, “Mensaje de la Nueva Era”, del Libro Grandes Mensajes. Dos años después se mudó con su familia al edificio “Nueva Era” (pura coincidencia, nada tiene que ver con el mensaje mencionado anteriormente), donde completó su misión, la segunda parte de La Obra, llamada Brasileña, porque fue escrita en Brasil.
Allí desencarnó a los treinta minutos del 29 de Febrero de 1972, después de concluir su último libro (24º): Cristo. Ambos acontecimientos fueron previstos en su libro Profecías, escrito con 16 años de anticipación. Ubaldi considera que Brasil es realmente el país más propicio para el gran movimiento de transformación de la tierra, rumbo a la nueva civilización del tercer milenio. Los catorce volúmenes escritos en Brasil son:
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Escritores católicos, espiritualistas, espiritistas, filósofos, poetas y científicos rindieron homenaje a Pietro Ubaldi y a su Obra. Entre ellos: Ernesto Bozzano, Marc’Antonio Bragadim, Antonio D’Alia, Gino Trespioli, Paolo Zoster, Enrico Fermi, Ricardo Pieracci, Franco Lanari, Paola Giovetti, Moris Ulianich, Antonio Pieretti, Monseñor Mario Canciani, Cura Anthony Elenjimittam, Dario Schena Sterza, Cura Ulderico Pasquale Magni, Albert Einstein, Isabel Emerson, Gaetano Blasi, Maurice Schaerer, Humberto Mariotti, F. Villa Guillon Ribeiro, Carlos Torres Pastorino, Canuto de Abreu, Clóvis Tavares, Medeiros Corrêa Júnior, Monteiro Lobato, Rubens C. Romanelli, Emmanuel, Augusto dos Anjos, Cruz e Souza etc.
Después de analizada su Obra, se puede constatar la magnitud y el interés palpitante que ella encierra para la humanidad de nuestros días. Pietro Ubaldi nunca pretendió hacer prosélitos, formar grupos o desencadenar luchas ideológicas. Insistiendo en estos puntos, declara en sus libros que el único propósito es hacer el bien y contribuir para que este mundo alcance, cuanto antes, su madurez espiritual.